martes, 28 de septiembre de 2010

EL GUSTO DE LOS HOMBRES


Habemos hombres que nos gusta estar bien vestidos, comer buena comida, vivir en un ambiente agradable etc. Sin dudas que no hay quien se resista a tales cosas, especialmente cuando se preparan en casa que todo sala hasta más económico. En cuanto a la ropa que agradable a la piel resulta vestirse y no solo lucir bien y que los demás lo noten, sino también que nuestro cuerpo experimenta una sensación de higiene y limpieza por el lavado de la ropa. Lo mismo puede decirse de cómo se siente el paladar al degustar de una rica y deliciosa comida; y en cuanto a la vivienda que todo este organizado resulta en que las cosas se encuentran con mucha facilidad, y hasta cuando nos visitan que la encuentran confortable nos hace lucir orgullosos aunque lo asumamos con la debida humildad.
Todo parece un sueño y que bueno es poder compartirlo porque en un ambiente así podríamos decir que solo los que son millonarios pueden disfrutarlo, porque su condición económica se lo permite. En este último punto se puede disentir del que piense así, ya que lo que hace falta es un poco de disposición para que eso sea posible.

En primer plano cuando salimos de casa los demás tienen de inmediato su impresión no solo de cómo nos sentimos por como nos expresamos o cualquier gesto fácil reflejo en nuestra cara, sino porque nuestro atuendo por modesto que sea dice que lo han acondicionado para la ocasión, aunque sea para ir a realizar labores pesadas y si lo notamos de inmediato reaccionamos de forma positiva y nos agrada. En este punto todo esta bien hasta que se trate de lavar la ropa y que para colmo sea a nosotros a quienes nos toque, lo cual es todo un proceso: lavarla o plancharla, enjuagarla, secarla, tenderla, recogerla, doblarla y colocarla en el lugar correspondiente. ¿Verdad que cuando nosotros los hombres nos vemos ante tal desafío nos resistimos a enfrentarlo? Sin embargo esa es la pura realidad, no es nada fácil el hacer tantas cosas por las que recibimos miradas que  aprueban o desaprueban como lucimos.

En lo concerniente a la vivienda que luce acondicionada como si a diario un experto en decoración le diera mantenimiento la percibimos, tanto los que nos visitan o los que la habitamos. En esto ningún hombre se empeña para que luzca impecable, pero somos los primeros en dar las gracias en nuestra condición de cabeza de casa a quienes nos halagan porque la vivienda se vea habitable y confortable, deberíamos dejar que la mujer desempeñe su papel protagónico en esto, ya que en verdad no movemos una paja para que esta sea tan agradable. Antes bien debemos reconocer que nos desagrada salir y de regreso por cualquier imprevisto nos encontramos con que están en el proceso de mantenimiento por la limpieza, ahí se nos olvida por que fue que se nos halago la noche anterior. Vaya perla la nuestra de ver que es lo que contribuye a que se deba el que nos guste estar en casa y nos disguste el proceso para que esto sea posible.

En el punto respecto a la comida lo señalare en forma de preguntas: ¿A quien le desagrada comer algo delicioso, especialmente cuando llega cansado a casa? ¿Se dispondría con hambre y cansancio a preparar algo de comer para todos? ¿Has pensado alguna vez en como preparar los ingredientes para que el sabor sea verdaderamente agradable, nutritivo y saludable? Mas simple aun ¿Sabemos los hombres donde esta todo lo necesario para preparar los alimentos de la ocasión? Muy probable que la respuesta a cada pregunta nos ponga a meditar en la siguiente
¿Mostramos agradecimiento a quien con empeño y dedicación dispuso de su tiempo llegando cansada del trabajo y reconocerle por el merito de tal esfuerzo?

Finamente en verdad que en nuestra condición de hombres podemos hacer muchas cosas pero estas que al parecer son sencillas nos marcan la pauta para reflexionar un poco en que valor le debemos atribuir a la abnegada compañera, que cada día sin rezongar esta dispuesta a repetir su heroica hazaña de forma cotidiana. Debemos preguntarnos ¿Alguna vez reconoceremos el verdadero valor que tiene tanto esfuerzo y empeño de quienes sin discusión se ha ganado el galardón se ser reconocidas súper mujeres? No cabe la menor duda es nuestro deber hacerlo lo antes posible y no solo pensar en que somos los que aportamos los recursos ya que  a ellas deberíamos pagarle el resultado de toda su labor.

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